Flaca,
no me claves
tus punales
por la espalda
tan profundo,
no me duelen,
no me hacen mal.
Lejos,
en el centro
de la tierra,
las raices del amor,
donde estaban
quedaran.
Entre No me olvides
me deje nuestros abriles olvidados,
en el fondo del placard
del cuarto de invitados,
eran tiempos dorados,
un pasado mejor.
Aunque casi me equivoco
y te digo poco a poco: No me mientas,
no me digas la verdad,
no te quedes callada,
no levantes la voz
ni me pidas perdon.
Aunque casi te confieso
que tambien he sido un perro companero,
un perro ideal que aprendio a ladrar
y a volver al hogar
para volver a comer.